martes, 20 de octubre de 2015

EL REGALO de Eloy Moreno


Dos años después de “Lo que encontré bajo el sofá”, Eloy Moreno vuelve a nuestras vidas (y nuestras estanterías) con una maravillosa historia titulada “El Regalo”.

Y eso es precisamente lo que es esta novela, un maravilloso regalo que Eloy nos brinda. Porque volvemos a estar ante una historia que es un verdadero deleite para los sentidos. Una historia que se puede ver, escuchar, oler, saborear, tocar… y, sobre todo, vivir.

Eloy nos presenta un protagonista que aparentemente lo tiene todo en esta vida: una mujer, una hija, un buen trabajo, un buen sueldo, una posición económica… hasta que un día sucede algo, que inicialmente no tendría más trascendencia que el ser una mala pasada, pero que en realidad le llevará a vivir una serie de hechos, y conocer unos personajes pintorescos, cada uno con sus propias historias, que le harán plantearse la verdadera realidad de su vida.

Y, sintiéndolo mucho, no puedo contaros más de del argumento de la novela, sin el riesgo de hacer spoiler.

Pero sí os puedo hablar de lo que es la novela. Y es que es una auténtica gozada. Porque Eloy, una vez más, no es sólo lo que escribe (que ya es bastante), sino que es también cómo lo escribe. Te pone las emociones a flor de piel. Se te agarra al alma desde la primera página y no te suelta ni aún cerrada la contraportada.

Aunque no es un trago dulce, no. Cada frase es un puñal que no sólo se te clava, sino que escarba por dentro en cada uno de tus sentimientos. Y, como siempre, consigue que te plantees muchas cosas, que cuando terminas el libro no veas tu vida de la misma manera.

A nivel personal, debo confesar que Eloy tiene la virtud de la casualidad, que siempre se presenta en mi vida, en forma de novela, en momentos claves de cambio. Sus libros me sirven de liberación personal y, una vez más, me ha tenido con la lágrima durante más de cuatrocientas páginas.

Una novela que cuando pasas la última página, sólo tienes ganas de abrazar a tu gente cercana, de decir unos cuantos 'te quiero', y, sobre todo, de volver a vivir la vida sin ruedines.

Gracias por tremendo Regalo, Eloy.


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