Los que no conocéis a Luis A. Santamaría, os diré
que es un autor joven (insultantemente joven) y con todo un futuro por delante.
En “Reflejos en el espejo” no nos trae sólo una
historia, ni siquiera sólo una mezcla de historias que se entrecruzan hasta que
terminan enlazándose entre ellas. Si no que además nos trae una reflexión y una
esperanza.
Dani Santos es un joven con su vida ordenada,
dividiendo su tiempo entre sus obligaciones y su gran pasión, que es el baloncesto.
Dani tiene su familia, sus amigos, e incluso un incipiente amor en la figura
de Sofía. Pero un día, una mala pisada en el camino, hace que su vida dé un
vuelco. En ese momento, Dani tiene que aprender a volver a vivir y sobrevivir,
a volver a amar y a volver a soñar. Podría decir que también a volver a ser
feliz, pero quizás nunca lo fue realmente antes de ese accidente. Otro tema es
el precio que tendrá que pagar por ello.
A través de la mirada de Dani Santos, descubrimos
y observamos los caminos de su vida. Los caminos literales, de su pueblo, de su
ciudad, de su día a día. Y los caminos metafóricos que le llevarán a
reencontrarse y a conocerse, a la vez que le conocemos nosotros.
Mientras tanto, otras historias se irán entre
cruzando ante la mirada del lector. Historias que todas tienen un lugar, un
momento y un por qué. Historias que, poco a poco, irán haciendo cómplice al
lector, y conmoviéndole (aquí sí que os recomiendo que estéis muy atentos a la
historia de Angie, os aseguro que a mí me pellizcó por dentro de una forma
increíble, como sólo las buenas historias, las de verdad, son capaces de
hacerlo).
“Reflejos en el espejo” es una historia de la
vida, que podría ser de la vida de cada uno. Una historia que muestra y provoca
sentimientos reales. Una historia de errores y aciertos. Y de segundas (incluso
terceras) oportunidades. Una historia de aceptarnos delante de nuestro espejo.
Está claro que en algunas ocasiones, esta novela
puede tener los pequeños fallos y pecados que cualquier escritor joven y novel
puede cometer (pero no seré yo la que los remarque ahora). Pero no está menos
claro que se vislumbra una capacidad de comunicar, atraer, hipnotizar y
emocionar que muy pocas personas tienen.
Sólo puedo añadir, que estéis muy atentos a Luis
A. Santamaría (que yo, desde luego, pienso estarlo).
Nota: A esto que viene a continuación bien podría haberlo llamado 'Edición 1'. Tengo esta reseña escrita
hace algún tiempo, y, de acuerdo con Luis, pensamos que era mejor publicarla
después de las vacaciones. Casualmente (o no), ha coincidido con la salida al
mercado de su segunda novela: “El secreto de Oli”. Yo todavía no he tenido
oportunidad de leerla, pero sé que tiene que ser excepcional. Sé que no me va a
gustar, me va a encantar. Y con sólo haber mirado a los ojos a Luis una vez
más, sé que poco a poco va a tener el éxito y se va a hacer el hueco que se
merece. Gracias Luis por tanto cariño.
No conocía ni el libro ni el autor, pero Reflejos en el espejo tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarUn beso!
Me encanta esta reseña y por supuesto el libro al que hace referencia. ¿Por qué no lo habré leído antes? Ni yo misma lo se. Empecé con su segunda novela, El Secreto de Oli, y me llenó tanto que no pensé que Reflejos en el Espejo pudiera igualarla. Y lo ha hecho con creces. No podría decidirme por cuál me ha gustado más de las dos, así que no lo haré...
ResponderEliminarLuis A. Santamaria es un escritor a tener en cuenta y deseando estoy que llegue su próxima novela. ;)